El duro pero benéfico partido

Todo empezó el 9 de octubre del 2017 cuando de repente Sebastián Sánchez Acero se empezó a jugar el partido de su vida. Ese día se levanto muy temprano (6 AM) con la ilusión de que iba a hacer un gran partido y ganarlo. Se baño, se cambio, no pudo desayunar lastimosamente, se despidió de su hermano y arrancó con su mama al hospital Roosvelt para empezar el partido. El día anterior estaba un poco nervioso porque tenía la expectativa de que iba a pasar. Cuando llego al estadio (hospital), la recepcionista le pidió el número del documento y su historial de vida a su mama porque sin ella, no podía ser titular. Después de tomar los datos del jugador, le indicó que se podía sentar y esperar a su llamado. Cuando lo llamaron, se tuvo que despedir de su mama para comenzar el partido. Se fue a la habitación donde lo iban a operar hasta que se quedó dormido por la anestesia que le pusieron.De ese momento, no se acuerda de nada ya que estaba con la anestesia. El doctor Duplat hizo todo el procedimiento con el fin de que quede caminando mucho mejor, es decir, que no doble las rodillas y que queden derechas. Sebastián duró 3 días y 2 noches. A la segunda noche, se incendió un calentador y las enfermeras tuvieron que evacuar los pacientes y llevarlos afuera. Estaba haciendo mucho frío y al jugador ya le estaba empezando el dolor. El catéter, al apagarlo, solo dura 15 minutos funcionando, se estaba acabando y había que esperar a que dieran la orden para regresar a la habitación. Afortunadamente, el incendio lo apagaron rápido así que lo devolvieron al cuarto y se lo instalaron rápido. Al tercer día, se fue para su casa a seguir con su recuperación con mucha terapia. Poco a poco recupero el apetito, ya que lo había perdido por la anestesia. Le tuvieron que conseguir enfermera para cuidarlo los primeros días. El 22 de noviembre le quitan los yesos y tiene la esperanza de que esta vez va a caminar más rápido.